Poemario virtual en línea

Los poemas se muestran por orden de llegada.

Cajita de truenos

Poema escrito por: Elaine Tornes
Enviado por: Elaine Tornes


Si en vez de corazón,
tiene una cajita de truenos
escondida entre los pulmones,
déjelos escapar
en un silencio relámpago.

En un silencio cómplice de la oscuridad,
pero abierto a la verdad y llegada
de cada amanecer.

Déjese llevar por las tempestades.

Sosténgase de cualquier esperanza
al borde de una nube.

Confunda lágrimas con lluvias
y sobre todo,
no olvide morder fuerte algún recuerdo
para aguantar, si puede,
el empuje del tiempo.

Verá entonces, al dejarse tronar los sentimientos,
la urgencia de su pecho
en los ojos,
mucho antes de escuchar
fuerte en el cielo
los destellos de amores
que su cabeza nunca entendió,
y que por ende encerró
(pensando para siempre) en
su temible,
suya
y brillante
cajita de truenos
llamada corazón.

Soneto de papa y cebolla.

Poema escrito por: Ivan Fernando Gonzalez
Enviado por: Ivan Fernando Gonzalez

Cajas de cartón con papa y cebolla,
triste cartón que acompaña mi hambruna.
Verdad que contra el hambre no hay vacuna,
solo filas para papa y cebolla.

Pongo todo lo que tengo en una olla,
mientras respiro aire y observo la luna.
Ceno mis memorias una por una,
y la agridulce nostalgia me enrolla.

Ya me levanto y saco la guitarra,
olvido el vacío de cuarentena
y canto como en mis tiempos de farra.

Canto desvariando, con magra cena.
¿Cuanto quisiera yo comer mojarra,
de esas que te fríen en Cartagena?

Cuando te llueve el alma

Poema escrito por: Bethany Tudor
Enviado por: Bethany Tudor

Te abrazo cuando adentro
te llueve el alma
cuando todo te aploma
y te sale sin filtro.

Te abrazo cuando el mundo
se te cae y no ves salida,
cuando ese dolor profundo
te ahueca y te oxida.

Te abrazo con la esperanza
de mermar tu añoranza
en el acomple sincronizado
de nuestro palpitar en do.

Sonido tan oscuro y opaco
como la negrura del monte
a media noche. Dolor tan tosco
que te choca como bisonte.

Te abrazo para burlar
con mi ternura y tu complicidad
todo resto de maldad
que no has podido depurar.

Te abrazo porque tu llanto
cala hondo y cae de canto
multiplicando el quebranto,
cubriendo nuestras llagas como manto.

Te abrazo en lenguaje coloquial
y sin demora, para que sepas
que estoy acá, para que sientas
que somos dos. Nos han herido por igual.

En la habitación

Poema escrito por: Dorca M. de Dios
Enviado por: Dorca de Dios


Ropas sucia en la habitación
es lavada para limpiar,
el vacío del dolor
y con manos vacías.

Voy limpiando la
habitación, para tratar
de olvidar la soledad
que invade mi corazón.

En la habitación donde
el silencio se transforma,
en ríos de llantos
con mucho dolor.

Donde nadie más afuera de
la habitación es testigo,
soló el que desnuda
su dolor.

Pero cuando creo que
estoy sola, el cielo se
presenta con abundante
plenitud por la ventana
con gran esplendor.

Conversación

Poema escrito por: Dorca M. de Dios
Enviado por: Dorca M. de Dios


Con mi taza llena
de café comienzo
una conversación
en perfecta confianza.

Día y noche él toca
la puerta de mí corazón
y con mí boca
lo llamo con pasión.

Comienzo a leer sus versos
en el río de su presencia
en el libro de su universo
donde todo es ciencia.

Él que me da aliento
en todo momento
con plenitud y pensamiento
en todo cimiento.

Soy amante de su verdad
soy su perfecta creación.
Voy a él con sinceridad
para oír su melodía y canción.

Su nombre es sinceridad
que me da perfecta paz
y me lleva a la eternidad
con preciada veraz.

Jesús es la verdad

Poema escrito por: Dorca M. de Dios
Enviado por: Dorca de Dios


Nadie te dice que
la mentira no es verdad.
Tú no tienes a nadie
que diga que la mentira
no es verdad.

Tú no tiene a nadie que
te diga la verdad,
nadie te guía para
encontrar la verdad.

Nadie te dice que
la mentira proviene
de la oscuridad.
Porque muchos van
caminando ciegos sin verdad.

En la cama estoy
dando vueltas en el
valle de la oscuridad.

Donde la mentira
quiere entrar sin
ninguna invitación.

Llorando estoy con
ansiedad por encontrar
el amor de la verdad,
lo cual solo Jesús da.

Soy polvo, Elohim

Poema escrito por: Carmelo González Veles
Enviado por: Carmelo González Veles


Señor, no escondas tu divino rostro,
en mi angustia, en mi dolor, en mi enfermedad
en mi desesperación y en mi límite mental.

Sabes, Señor, reconozco que soy mortal,
que soy polvo y un segundo basta
para abrir un cataclismo en mi existencia.

Sabes, oh, Todopoderoso, que sé que no hay ciencia
que me guarde del cazador
allí en la encrucijada o en la postrera esquina.

Sabes, oh, Yahvé, que hoy mi retina
se llenó de flores blancas
por azar de mi destino.

Sabes, Elohim, que hoy hurgué lo divino
al contar cinco pétalos perfectos
que me anuncian tu existencia.

Oh, Redentor, derrama tu misericordia,
el desenlace de mi vida pende de un instante.
¡Sálvame en mi angustia!, Señor. ¡No escondas tu Divino rostro!

Carmelo González, 24 de abril de 2020

Llamarse por los pasillos

Poema escrito por: Antonio Costa Gómez
Enviado por: Antonio Costa Gómez


Era como esperarte
Pedir que te vistieras de esas palabras, que te abrieran camino
Pedir que encontraras al fin un cuchillo para cortar el pan
Acertar casualmente en la mirada
Rozarse levemente al cruzarse en el pasillo
Era encontrarte algo en los ojos desviados
Desembocar por fin en las arrugas de tu rostro
Que una raya en los párpados dijera por fin quién eres
Porque ya no podemos escondernos
Porque ya no encerramos un tesoro para nadie
Porque estamos aquí y este es el fuego
Porque no tenemos otro fuego si no es este
Era como llamarte, llamarte en el pasillo
Y que llegaras por fin y bailaras como un fantasma
Cuando regresas de todas partes
Era como encontrar al fin un regalo en algún verso
En algún tímido verso repescar la vida entera
Era como llegar al balcón y ser tú mismo en un ademán
Porque se abrieron todas las cosas y mostraron su sangre

No te devuelvas

Poema escrito por: Felipe Pérez
Enviado por: Felipe Pérez


A mi padre…

Estas hojas de otoño
del otoño con sombrero que se para en esta ceiba
y de nuevo ese padre que se va
ese olor madera se devuelve,
permea y me recuerda lo profundo de la tierra
su ataúd blandido, sórdido y frío.

Ese padre que se va y no se devuelve
que introduce de repente mi tristeza.

La canción fue ya tocada.
Ya las cuerdas oxidadas…
ya la agreste parca…
ya su nota helada
se me cuela en la garganta.

Ese padre que se va y no se devuelve
que en la foto me hace muecas
que me habla entre sonido
y rebota en el silencio.

Ese padre y su maleta
empacando su peinilla y mi tristeza
estas hojas de la ceiba
que humedecen mi cuaderno
heridas por el humor del viento.

Ya la ceiba deshojada…
ya la parca helada…
ya sus gritos que congelan mi garganta…
quedo armero sin su espada.

Ya las voces alentadas,
esas voces me consuelan y me alaban,
que practican ejercicios lastimeros,
dicen que me aman.

Ya su tumba verde, ya la tabla blanca
y una cinta ocre con su nombre:
me hago el que no lee,
«no veo, no oigo nada».

Y la ceiba sin sus ramas
y ese padre se deshoja
ese padre entre fantasmas
que me chillan y me braman.

Lo diviso entre los muertos que se alejan,
metido siempre entre alpargatas.
Quiere pero no dice nada,
lo veo cuando calla.

Lo veo que se va y no se devuelve
y no devuelve su mirada,
empacando su penilla con mis alas.
Estornudo, ya no hay padre
ya no veo nada.

(Flor y Legio, 2020)

P. D. Odio el color rosa

Poema escrito por: Elizabeth Carrera
Enviado por: Elizabeth Carrera


Si caminas
A través un espejo antiguo
Detrás del buzón abandonado
Ahí encontraras un gran jardín 
Iluminado por astillas de un corazón roto
Macetas planteadas con heridas descuidadas 
Y fuentes que brotan risas sin parar
Sostenidas en la pura absurdidad
Junto a raíces de promesas dadas
Y jarrones con sueños deslumbrados

Ahí­ pasaron siete años sin la lluvia de la realidad y luego forjé una espada con pestañas saladas y una montaña de libros que alimentaron mi espada.

Sí­, así fue mi niñez, un gran jardín de mil arcoíris y el color rosa.

40 por ciento

Poema escrito por: Adrián Ernesto Cepeda
Enviado por: Adrián Ernesto Cepeda


This is the ritual for senseless death
to remove flowers and candles
[…] as if it never happened
reducing the value of life to nothingness

Jimmy Santiago Baca

En esta cuidad, no
queremos mas alas
de los ángeles somos
hijas, hijos, madres,
papás, abuelitos, abuelos
cada muerto apaga
la llama de la vida

“The experts claim not to know
our oppression […] instead of
the real people we are […]
their ideas replace us with
stereotypes that suit their
selfish needs” Jimmy sabe

no queremos celebrar
cumpleaños, no necesitamos
piñatas, no tenemos sed
por botellas de tequila
cuando estamos esperando
la llamada del hospital
o la morgue, con las manos
donde ganamos pequeños
centavos cavando la tierra
con nuestras propias tumbas

“and when the fires of despair burn down
And darkness fills me
I […] keep chopping my anger up
feeding it to the fire” dígales, Jimmy

el sueño de nuestra comunidad
queremos sobrevivir con salud,
sin miedo relajándose en paz
cuando vemos el dato: 40%
de los muertos por COVID19
en Los Angeles son Latinos
mirando las noticas que otro
ha pasado a la nothingness
por que no entienden que no
somos números, no todos
cantamos las mañanitas, no
vamos estar en silencio, llorando
a esta país solamente gritamos
¡No más!

Gracias Amy Shimshon-Santo y Jimmy Santiago Baca

Adrián Ernesto Cepeda © 2020 All Rights Reserved

Inspiración: Una compañera me dijo los datos de la cantidad de miembros latinos de nuestra comunidad que están muriendo por COVID19. Estaba leyendo el libro de poesía de Jimmy Santiago Baca When I Walk Through That Door, I Am, y para lidiar con la ansiedad, escribí este poema. Las líneas en inglés son extractos del libro de Jimmy.

Guerra Espiritual

Poema escrito por: Dorca M. De Dios
Enviado por: Dorca M. De Dios


Es una guerra invisible para la humanidad, pero visible para Dios.

Es una guerra que hay que pelear juntos como buenos soldados.

Es una guerra la cual tendrá un final, pero tendremos que seguir luchando con oración de poder.

Es una guerra que pausó nuestra vida acelerada, es una guerra que vino para darnos paz en medio de la tormenta.

Es una guerra la cual ha cambiado el entorno de una vida llena de ocupaciones, para meditar en el creador del universo.

Es una guerra que no atacará jamás, solo si nos humillamos ante el creador de los cielos.

Es una guerra la cual terminará por cambiar corazones, para ser menos escépticos ante lo espiritual.

Sabiduría

Poema escrito por: Claudia Almaraz
Enviado por: Claudia Almaraz


La esperanza parece desvanecerse en medio de la tragedia
porque la tragedia permanece como permanecen
en el enfermo las memorias borradas por su amnesia
y como permanece mudo el sonido en el silencio latente.

Esa percepción solo es ceguera: ésa es temporal;
si miras con fe, eterna promesa,
renacerá una fuerza interna, legado ancestral,
que cobijará con su manto a tu consciencia.

Aparta tu atención de la destrucción:
oscura es su esencia, seductora del alma.
Imagina vida, imagina amor
porque aunque tarda, siempre llega la calma.

No existe nada a lo que se deba temer:
la verdad alumbrará y se verá su luz.
Recobra el ánimo y recuerda el poder
que la humanidad puede hallar en la gratitud.

La lluvia seguirá cayendo y los árboles dando sombra,
así que sacúdete el polvo de la angustia y libérate de la paranoia.
Espera el tiempo en que los frutos volverán a nacer,
goza el tiempo porque siempre habrá otro atardecer.

Pandemia

Poema escrito por: Víctor Fuentes
Enviado por: Víctor Fuentes


A Beth Rainey

Estoy en la oscuridad
de las noches perdidas
con la luna
que apenas alumbra
mis caminos,
sin mis pasos
que se quedaron en stop
y sin las luces
de Nueva York
que apagaron los gritos
de terror y muerte
de la gente arrasada
por la pandemia
del coronavirus;
que también rompe
las copas de vino
de los bohemios
de París que
ahora más que nunca
no duerme.

El Apocalipsis de la
pandemia
calla los gritos
del ¡Olé! y
los viejos faroles
de pasadas nostalgias
ya no encienden
su luz tenue
en el «Madrid de ayer».

Renacen las sopranos espontáneas
que ahora cantan
al amor y la solidaridad
en las ventanas y balcones
en la Roma de hoy:
¡¡Arriba corazones!!

Mi visión más allá
del Himalaya
—entre la bruma
que también envuelve
el dolor del oso panda
de Beijing— se pierde
en el horizonte de otras
tierras del planeta
que sufren la pandemia.

Solo se oyen
en el mundo,
los gritos
de las sirenas
en las calles vacías
y hospitales
que acompañan
a doctores, enfermeras
y janitors que
sacrifican su
existencia
en la primera linea
de lucha por la
resurrección
de la vida.

Estamos en la
incertidumbre
de la supervivencia
de la vida y el amor
adaptándonos a la
«distancia social»
con sacrificio
y apoyo
a nuestras familias.

Hoy estamos con más
fuerzas que nunca
y mañana también
venciendo a la muerte
a la espera de un nuevo
amanecer
radiante de amor universal.

Víctor Fuentes
Artista.

Los días oscuros, poema visual #38

Poema escrito por: Octavio Quintanilla
Enviado por: Octavio Quintanilla


Los días oscuros.
Poemas visual #38 parte de la serie «Frontextos», por Octavio Quintanilla.

Proverbios en tiempos de plaga

Poema escrito por: Carmelo González Veles
Enviado por: Carmelo González Veles


Todo en la vida tiene su ser.
El soldado de uniforme y fusil
se transforma en una batalla real.

Todo en la vida tiene su ser.
El doctor de bata y bisturí
se transforma en salvar a una vida.

Todo en la vida tiene su ser.
El reverendo genuino y espiritual
se transforma a dar paz al que sufre.

Todo en la vida tiene su ser.
El hombre de carne y hueso
se trasforma al enfrentar a la muerte.

Carmelo González, 21 de abril de 2020

Viruses, marzo 31

Poema escrito por: Martín Caparrós
Enviado por: Pepe Montero


Nevó.
Esta mañana al levantarme veo
las copas blancas de los árboles: en mi sierra
ayer noche nevó, y es primavera. Esta mañana
al levantarme las copas blancas de los árboles
me regalaron ese placer idiota
que la nieve te trae: volverte
nene, disfrutar
de algo que te da igual. Nadie,
(digo nadie porque quiero decir nadie)
podía prever que nevaría pero anoche
nevó. Ahora ya nadie
puede prever.
Es primavera.

Prever es lo que hacemos. Prever
nos hace humanos. Prever
es lo que nos deshace.

Ahora no sabemos. De verdad
no sabemos. Siempre
decimos que sabemos que no sabemos pero creeemos
que sabemos. Ahora
no sabemos. Es
vertiginoso no saber. El vértigo
es mirar y prever y cerrar fuerte los ojos
ante eso que prevés: cerrar
los ojos.

Pero ahora ni siquiera:
no sabemos.
Está la nieve y está,
faltaba más, el miedo.

Los ojos
bien cerrados, bien
cerrados.

Ahora no sabemos. El futuro
se fue. Quedan el miedo, la nieve, la certeza
de que ya no sabemos. En la vida
aquella que teníamos teníamos
la osadía de prever. Sabemos
que pueden pasar cosas, que aquello
que prevemos puede no suceder. Que puede
haber fallos, suspensiones, infartos, un olvido pero
somos buenos para olvidarlo, buenos para creer
que haremos eso que prevemos: somos
buenos.

Para cerrar los ojos.

La nieve es como un bálsamo
que cambia los colores. Nada
más cambia los colores: cambiarlos
es la prerrogativa de la nieve.
Cambiarlos: demostrar
que no son siempre lo que son,
que ya eran otros.

Hay nieve:
es decir que nevó. Ahora
no prevemos. Estamos
encerrados, sabemos –casi con certeza–
donde estaremos, sabemos –casi con certeza–
qué haremos mañana y pasado mañana como nunca
supimos –casi con certeza y en el casi
se esconde todo el miedo–, sabemos
lo que haremos porque no podemos
hacer nada: cuando más claro está
lo que haremos día a día más oscuro
está qué haremos cuándo, más adelante, cuando
todo vuelva si es que vuelve. Porque ahora
vivimos en el presente pleno como nunca
sin futuro, sin prever, pendientes
de un animal desconocido –que somos
y la nieve.

El presente
por fin
nos atrapó.
Nos atrapó el presente, y atrapar
es un verbo que suena.

Prever en cambio es un deporte: puro
esfuerzo que solo sirve para gritar los goles que solo sirven
para gritar los goles. Prever
es un deporte suspendido. Hay nieve
o sea que
ahora sabemos
(dolorosamente lo sabemos, Sócrates es un huevón, con la filosofía poco se goza)
que no sabemos nada.

Y hoy mañana pasado
mañana deberán ser, deberían
ser
iguales, casi
iguales.

Que todo pasa cuando quiere como
quiere, que todo
pasa, que no sabemos
nada. Lo hemos dicho veces, tantas
veces y recién ahora sabemos
que no sabemos nada. Que todo puede
no ser lo que había sido, lo que era.
Prever
es un deporte de interiores.

Afuera, allá lejos, afuera
las copas blancas de los árboles. Nada,
casi nada.
Nieva
allá lejos, nieva
como todo:
afuera.

Tomado de «Revista de la Universidad de México», del proyecto especial «Diario de la pandemia», un número especial en línea: https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/4d2731f3-3b24-46a1-9cff-8866b16bd0f4/viruses-marzo-31

Domingo de cuarentena

Poema escrito por: Carmelo González
Enviado por: Carmelo González


Este es un día en cuarentena
de salmos y agradecimiento a un Ser Supremo
al inicio de nuestra jornada.

Es un domingo de árboles en primavera donde se alojan
las nubes blancas y los trinos de pájaros entre sus ramas.

Es un día en que los vecinos salen a espiar a los conejos
que comen pasto tierno en las orillas de los senderos.

Es el tiempo que los ciclistas de trajes verde fosforescente
compiten con bandada de patos en vuelo en formación castrense.

Es un domingo donde nuestros pasos viajan con el viento
y nuestros sueños desean recorrer las rutas de las galaxias.

Carmelo González, 19 de abril de 2020

Incertidumbre

Poema escrito por: Bárbara Sirotkin
Enviado por: Bárbara Sirotkin


Si estás buscando la certidumbre
No la hallarás

Porque lo más cierto es lo incierto
Contar en eso podrás

Lo inesperado es parte de la vida
Aunque sea muy inconveniente

Destruye nuestros planes
Decepciona a mucha gente

El mundo hará lo que el mundo querrá
No poseemos el poder

Lo único que sé es que ayer se fue
Y nada podemos hacer

En esta época
Llena con tanta dificultad

Es difícil no sentirte
Que se ha robado identidad

Aislado, enojado, distraído y confundido
Emociones que debemos validar

Pero en realidad hay ciertas cosas
Que no se puede controlar

Si me preguntas si hay algo
En que se puede depender

Yo diría que eso seria
Una cuestión de nuestro ser

Sí, no se puede alterar los cambios
Que quieren tener lugar

Pero jamás pierdas la fe en ti mismo
Y eso te podrá ayudar

Porque aunque sufrimos por cosas incomprensibles
Te digo por seguro

Que lo que pasa en el presente
No indica el futuro

Hay mucho más que vas a hacer
En tu mismo propio mundo

Porque dentro de ti
Hay capacidad de algo muy profundo

Piensa en lo que tienes
En vez de lo perdido

Y verás que hay muchas cosas
Todavía que no has cumplido

Con todo lo que tienes
Familia, amigos, juventud

Alcanzarás lo que intentarás
Lo que importa ahora es salud.

Recorrer el túnel

Poema escrito por: Aurora Peregrina Varela Rodríguez
Enviado por: Aurora Peregrina


No es de mi agrado encerrarme,
es pecaminoso prohibirse el ser feliz.

No me gusta estar leyendo la prensa,
ver los muertos, los enfermos, los inútiles esfuerzos.

Mi gato es el único consuelo, observándome de cerca.
Sus ojos reflejan amor y desconocen el virus.
Viven como siempre y me dan tranquilidad infinita.

Los días pasan y las cosas cambian poco.
Se alarga el estado de alarma y los gobiernos hablan de pérdidas.
¿Veré la luz al final del túnel o me tocará recorrerlo también?

La suerte es de los que aún no han nacido ni conocido este mal.

Y acabo recomendando no leer todos los días…
Algún día todo tendrá un fin, y es ese el día en que debemos leer

De noche…

Poema escrito por: Andrés Piña
Enviado por: Andrés Pińa


De noche…

El tiempo camina descalzo
a través de los verbos.
Las palabras
son sueños.

Espacio vacío

Poema escrito por: Héctor Silva
Enviado por: Héctor Silva


Este espacio vacío me atormenta,
este espacio desolado me aburre,
me llena de inquietantes dudas,
no hay respuestas, solo silencio
que se tiñe de cruel incertidumbre,
en un espacio vacío, que no me pertenece
porque no hay soledad, solo terror.

La angustia recorre cada una de las calles,
y se reparte en los vecindarios…
buscando los pasos del hombre,
aquellos que se fueron apaciguando,
los que desaparecieron al caer la tarde,
para descansar temerosos, detrás de las puertas,
y recogerse silenciosos, después de la oración.

La plaza esta huérfana de tertulia
y en pleno mediodía, en sus bancos,
la risa se convirtió en murmullo sórdido,
que se lleva el miedo disfrazado de cordura,
ante el temor de no volver a pisarla,
ni sentir el despliegue colorido de sus flores,
esas que esperan ansiosas el pronto retorno
del suspiro complaciente y de las voces mingonas,
de las que anidan sus deseos y desnudan sus almas,
en busca de ese espacio cotidiano, sempiterno,
convencidos de que vencida la oscura tormenta,
a la mañana siguiente habrá lugar
¡para albergar la esperanza… y volver a soñar!

Héctor Silva, 19 de marzo de 2020

Hijo de la luz

Poema escrito por: Jorge Enrique González Pacheco
Enviado por: Jorge Enrique González Pacheco


Este poema que forma parte de mi libro «Habitante Invisible» (Ediciones Deslinde, Madrid, 2020) es un poema en el que hablo de la luz y de la cámara. Releyéndolo, me he percatado de que tanto la luz como la cámara son vitales en estos días. La luz significa la esperanza y la cámara ese otro ojo que nos acerca a familiares y amigos que no podemos visitar en las circunstancias actuales.

Jorge Enrique González Pacheco

El hijo de la luz en sombra
y magias de nubes aposenta,
revive insomnios, festines del color,
gozoso ámbito que le contiene.

El hijo de la luz divierte sus sueños
entre cámaras que pasean momentos
tras un gesto simulador, jardines,
aguas altas, daguerrotipos, cuerpos.

El hijo de la luz corona secreto
tiempos de aquel viaje
para en centros de instantes navegar,
deidad en historia mucho más: Ojo y Silencio.

Un domingo sin ti, de ti perdido…

Poema escrito por: Eduardo Carranza
Enviado por: Pepe Montero


Un domingo sin ti, de ti perdido,
es como un túnel de paredes grises
donde voy alumbrado por tu nombre;
es una noche clara sin saberlo
o un lunes disfrazado de domingo;
es como un día azul sin tu permiso.
Llueve en este poema; tú lo sientes
con tu alma vecina del cristal;
llueve tu ausencia como un agua triste
y azul sobre mi frente desterrada.

He comprendido cómo una palabra
pequeña, igual a un alfiler de luna
o un leve corazón de mariposa,
alzar puede murallas infinitas,
matar una mañana de repente,
evaporar azules y jardines,
tronchar un día como si fuera un lirio,
volver granos de sal a los luceros.

He comprendido cómo una palabra
de la materia azul de las espadas
y con aguda vocación de espina,
puede estar en la luz como una herida
que nos duele en el centro de la vida.
Llueve en este poema, y el domingo
gira como un lejano carrusel;
tan cerca estás de mí que no te veo,
hecha de mis palabras y mi sueño.

Yo pienso en ti detrás de la distancia,
con tu voz que me inventa los domingos
y la sonrisa como un vago pétalo
cayendo de tu rostro sobre mi alma.

Con su hoja volando hacia la noche,
rayado de llovizna y desencanto,
este domingo sin tu visto bueno
llega como una carta equivocada.

La tarde, niña, tiene esa tristeza
del aire donde hubo antes una rosa;
yo estoy aquí rodeado de tu ausencia
hecho de amor y solo como un hombre.

Sosiego próximo

Poema escrito por: Carmelo González Veles
Enviado por: Carmelo González Veles


I

Se me va el tiempo
en segundos, en minutos y en las horas
que paseo por aceras de destinos enclavados en trincheras.

La ciudad parece más cerca a mis ojos
como si la lluvia hubiese acicalado sus espejos
donde a cada día el sol y la luna derraman sus destellos.

¡La vida grita de que existe!
Y de que las nubes siguen siendo sombras
y que las siluetas de aeronaves aterrizan en discretos parabrisas.

La vida existe en las sonrisas infantiles
que se escabullen por ventanas
y por resquicios de las puertas hoy cerradas.

II

El miedo recorre los senderos más transitados
pero el novio desafía las alarmas
al andar unido con el vuelo de gaviotas aventureras.

III

¡El tiempo grita que la vida existe!
y nos anuncia en sus crepúsculos y en sus auroras
que algún día se volatizaran las horas malas.

¡La vida grita y lucha para proseguir en su existir!
Y la peste será un recuerdo lejos
de que juntos la vencimos,
eso con júbilo nos diremos:
tú y yo,
yo y tú.

Carmelo González Veles, 10 de abril de 2020

El amor en los tiempos de corona

Poema escrito por: Adriana Martínez
Enviado por: Adriana Martínez


Durante este tiempo de cuarentena, todos tenemos más tiempo para amar. Me propuse a expresar por escrito la magia de despertar las emociones mas íntimas entre dos seres que se aman. El título es un tributo al gran escritor, Gabriel García Márquez, quien bien sabemos escribió la novela de título similar —en su caso, fueron tiempos de cólera. Hoy, estamos viviendo tiempos de Corona, y qué mejor manera de vivirlos, si no con el amor.

Adriana Martínez

Aires suaves, lluvias misteriosas,
Calandrias sonadoras,
Canten melodías antiguas y nostálgicas
 
¿Qué dicen las sombras montañosas?
¿Por quién suspiran aquellas lomas del alto plano?
¿Qué inquietudes inspira la inmensidad del cielo?
Silencio… silencio…
Tranquilo
 
Me acoge la pasión, me captivan sus alas
Y sin preguntas me estremezco en ella
Con piedad lo arrulla todo,
Sin piedad lo captiva todo,
Dejando nada… de mí
 
Señas que has llegado tú
Eres tú el mar,
Morado, verde, azul y dulce
 
La canción de tu alma,
Mariposa de sufrimiento y de alegría,
Me inspira confianza,
Como una ilusión de paz
Enciende como el fuego
 
Tráeme tu sonrisa,
Tu gemir
Tu grito
Largo y claro
¡Así!
Lleno de emoción
Dame tus lágrimas
Tu sangre
Comparte conmigo
Hasta morirnos
En amor
 
Tráeme rosas
Y llévame a la cima de mi existir

Naturaleza viva

Poema escrito por: Diane Nospraka
Enviado por: Diana L. Portillo


Reloj de arena
Eternos cristales
La humanidad reflejada en cada uno de ellos
Seres temerosos
Seres valientes
La naturaleza está aún más viva
Criaturas extasiadas
Criaturas confundidas
El aire es grato otra vez
Las aguas diáfanas
Fluyen vida y amor
La naturaleza despierta
No hay amenaza
La naturaleza vive

©Diane Nospraka, Abril 8, 2020. Confinada por la sociedad más libre y agradecida por la naturaleza que respira otra vez.

En el aire

Poema escrito por: Jorge Cappa
Enviado por: Jorge Cappa


Sueños en el aire doblan las esquinas,
como secretos urgentes y enredados
que cruzan desarmados sin coraza,
esquivando al temor de tener miedo.

Te esperan cada tarde, abrazados a tu ausencia.
Te acompañan y te imaginan,
desde mi ventana hasta tu puerta.

A veces salen a buscarte, como soles entre la niebla.
Y aunque no te digan nada, sin que te des cuenta,
nunca dejan de hablarte
y te sueñan.

Porque son sueños en el aire deshaciendo sus espinas,
como secretos brillantes y entregados
que cruzan desatados tras la calma,
esquivando al dolor que pisa el tiempo.

Te esperan cada tarde, refugiados en tu presencia.
Te acarician y te cuidan,
desde mi ventana hasta tu puerta.

A veces salen a buscarte, como soles entre la niebla.
Y aunque no me digas nada, sin darme yo cuenta,
despiertan en tus ojos
y te encuentran.

Poema incluido en el libro «Sueños en el aire» (Chiado Editorial)

Centinela nocturno

Poema escrito por: Carmelo González Veles
Enviado por: Carmelo González Veles


Hermano,
dame un poco de la voz de la ciudad
mientras se cierran sus puertas.

Hablemos de poesía con la emoción del primer amor.

Nuestros padres han muerto junto
a sus relatos en las horas nocturnas.

Deja que otras palabras me acompañen.

Hermano,
hablemos de los zapatos de musgo de aquel árbol desnudo en el invierno.

Contemplemos las señales: el cuarto creciente de marzo
o de la cosecha de las violetas azules en las dunas de Egipto.

Estoy solo.
Sé solidario.

Permite que el lenguaje nos una en esta ciudad inundada por la noche
y no busquemos las cerraduras de nuestros silencios.

Mejor escanciemos el vino en una charla en esta primavera,
junto a los primeros vientos tórridos que despiertan a los cerezos.

De balcón a balcón

Poema escrito por: Ana Evelin García
Enviado por: Ana Evelin García


La música no está atrapada
se desliza de balcón a balcón,
se mueve como brisa entre las ramas,
emociona al que tiene triste el corazón.

Cada quien la recibe en su morada,
la cobija y cual tesoro la abraza.
La música va llena de esperanza,
ha convertido al mundo en una sola nación.

Cantemos con alegría desde nuestras casas,
cantemos juntos en virtual comunión,
que se escuche por todas las plazas,
unamos nuestras voces en un canto de ilusión.

Escribo también mi poema

Poema escrito por: Aurora Peregrina Varela Rodríguez
Enviado por: Aurora Peregrina


Gris es la ola,
viene y va el mal
y se los lleva a ese mar de tos,
a su pesar y deseo de vida.

En todo el mundo ese virus
que se junta y castiga duro.
Pero las sonrisas volverán
a los niños y ancianos.

A los vecinos que juntos cantaron,
los enamorados que evadieron el beso
y los padres que salvaron
el curso de sus hijos.

Al culpable también, pues nadie
es feliz siendo siempre invencible.

Las buenas obras

Poema escrito por: Anónimo (atribuido a Vyasa)
Enviado por: Pepe Montero


En la batalla, en el bosque
al precipicio de las montañas,
sobre el gran oscuro mar,

en medio de las flechas y las jabalinas,
en el sueño, en la confusión,
en las profundidades de la vergüenza,

las buenas obras
que un hombre ha hecho
lo defienden.

Fragmento del texto sagrado hinduísta Bhagavad Gita atribuido a Vyasa y traducido por Pepe Montero

La historia de Iza

Poema escrito por: Grace Ramsay
Enviado por: José Lumore

Y la gente se quedaba en casa
Y leía libros y escuchaba
Y descansó e hizo ejercicios
E hizo arte y jugó
Y aprendió nuevas formas de ser
Y se detuvo

Y escuchó más profundamente
Alguien meditó
Alguien rezó
Alguien estaba bailando
Alguien se encontró con su sombra
Y la gente comenzó a pensar diferente

Y la gente sanó.
Y hubo ausencia de personas que vivían
en una peligrosa
ignorancia
Sin sentido y sin corazón,
Incluso la tierra comenzó a sanar

Y cuando el peligro terminó
Y las personas se encontraron
Lloraron por los muertos
Y tomaron nuevas decisiones….
Y soñaron con nuevas visiones
Y crearon nuevas formas de vida.
Y curaron completamente la tierra
Justo cuando fueron sanados.
Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.

No te rindas

Poema escrito por: Anónimo
Enviado por: José Luis Montero


No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Aclaración importante: este poema tiende a ser atribuido a Mario Benedetti, pero su fundación ha declarado que esta atribución es errónea. Para conocer más acerca de esto, consulte https://factual.afp.com/el-poema-no-te-rindas-no-fue-escrito-por-el-uruguayo-mario-benedetti-es-de-un-autor-anonimo